La Sociedad de la Transparencia

“Hace unas semanas tuve que leer “La Sociedad de la Transparencia”, un libro escrito por el filósofo y sociólogo surcoreano Byung-Chul Han. Digo “tuve” porque me lo asignaron en las clases de Lectura que tengo en la facultad. Pero al finalizarlo, le di gracias al universo por hacerlo llegar a mí.

Hoy en día es muy difícil llevar adelante una vida sin redes sociales. Me he dado cuenta de que las sociedades van cambiando y cada una se encasilla en alguna “filosofía” o corriente de pensamiento diferente, o simplemente adopta conductas que marcan un pasado inevitable con consecuencias.

El libro nos plantea la situación actual de esta sociedad, destacando la cualidad de “la transparencia”. Existe un cambio de paradigma en el que TODO ES OPTIMISTA, luchamos por eso. Tratamos de eliminar todo lo negativo para “no atraerlo”. La negatividad se desvanece a favor del positivismo. A partir de esta idea surge la transparencia, para que todos los resultados sean  positivos. Esta no se limita únicamente a la corrupción y la libertad de información, sino que también se convierte en una coerción sistémica que afecta todos los aspectos sociales y los somete a un profundo cambio.

La transparencia se ha convertido en un valor supremo impulsado por el avance de la tecnología de la información y la comunicación. La información está disponible en exceso y se comparte constantemente en las redes sociales. Esta conducta, como mencioné anteriormente, tiene sus consecuencias. Antes se conservaban objetos en buen estado que tenían valor cultural en nuestro pasado, es decir, que dependían de su existencia y no de su exposición. En la sociedad positiva, el valor cultural de las cosas depende de su exposición, a diferencia del valor cultural que se basaba en su existencia. “Exponerse para ser”.

La fotografía juega un papel importante en esta positividad, ya que hace tiempo que no se revela lo negativo. Suena gracioso, pero es así. Esto reprime por completo el valor cultural, sin embargo, este se apoya en el rostro humano. Somos mercancía expuesta sin valor cultural.

¡Pornografía al fin! Estamos caracterizados por la pornografía de la visibilidad, donde todo se muestra, despoja y expone. Somos transparentes, no queda lugar para la reflexión negativa. Las personas sienten la necesidad de mostrar constantemente sus logros y éxitos, lo que trae consigo ansiedad, estrés y agotamiento.

Concuerdo con el autor cuando dice que hay necesidad de recuperar la opacidad y los límites en la sociedad. Utiliza metáforas como el amor sin seducción y misterio, perdiendo así su sabor. También menciona ejemplos de espacios que no pueden ser transparentes, como lo sagrado o el mundo de los deseos. El texto explora desde una perspectiva teológica, mencionando que en la tradición cristiana, Adán y Eva estaban cubiertos por el “vestido de gracia” antes del pecado, y que la desnudez pornográfica es obscena y está relacionada con la violencia.

Dentro de esta esfera, examina cómo la transparencia afecta la política y la economía. Sostiene que la transparencia no necesariamente conduce a una mayor democratización, ya que la información puede ser manipulada y utilizada para el control y la manipulación de las masas.

En el penúltimo capítulo, “La Sociedad de la Información”, me gusta cómo relaciona la metáfora de la caverna de Platón con la sociedad de la información y la transparencia. En la alegoría de la caverna, los prisioneros encadenados solo pueden ver las sombras proyectadas en la pared y creen que eso es la realidad. Platón habla de la luz divina que emana del sol y representa la verdad. Esta luz jerarquiza el conocimiento y nos inspira con nuevas ideas. La sociedad de la transparencia carece de esa luz y trascendencia. Cuanta más información se produce, más complejo se vuelve el mundo, y la hiperinformación y la hipercomunicación no generan luz ni verdad.

Para concluir esta reflexión, quiero resaltar el paralelismo que se establece con la sociedad del siglo XVIII, una Ilustración en la que la iluminación se obtenía a través del conocimiento. Se buscaba revelar la verdad y desenmascarar las apariencias en contraposición al teatro que se venía produciendo. Han nos presenta a Jean-Jacques Rousseau y su obra “Confesiones” como representativa de esa época. Rousseau defendía la transparencia del corazón como metáfora de su pensamiento. En sus confesiones, dice que se muestra tal como es, desnudando su interior para que todos lo vean. Rousseau instaba a los demás a revelar su corazón con la misma sinceridad. Sin embargo, advierte que la búsqueda total de transparencia puede conducir a la tiranía y la violencia.

Se concluye mencionando que la transparencia digital, a diferencia de la transparencia del corazón, carece de un imperativo moral y puede tener un carácter pornográfico y económico. La iluminación prometida.”

No hay nada mejor que compartir conocimientos, asi es que les comparto el libro haciendo clik aqui!

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×